Etapa 2: Primer parte de primaria. - Cap-3.
Cap-3
Entrando
ahora a tercer grado de primaria aconteció algo que no solo a mí me afectaría,
al parecer la gran cantidad de niños que entraban al colegio como nuevo
ingreso, los que repetían año y los que simplemente avanzábamos un año; fue
motivo para que agregaran un grupo más ese año para dar abasto a los niños de
tercer grado, como resultado a todos los niños nos mezclaron cual lotería y del
mismo modo nos repartieron en los cuatro diferentes grupos, estrenaba yo la
sección D de tercero de primaria, junto a muchos rostros desconocidos e
igualmente desconcertados.
A pesar del
temor del primer día de clase, pronto todos nos veríamos familiarizados unos
con otros, conocí entonces a nuevos amigos y me familiarice con mi nueva profesora.
A mi parecer ahora que estos no son más que recuerdos, esta profesora también
era nueva y este parecía ser su primera experiencia como docente, cargo que
desempeñaba con mucho empeño, de ahí mi suposición de su inexperiencia.
No logro
vislumbrar el motivo por el cual lo que más logro recordar, lo que mi mente más
añora de ese año de estudio no fuese a mis compañeros o la maestra, sino el
clima, el cual aún ahora me hace sentir fuera e este mundo, capaz de hacer lo
que me proponga, de levantarme el ánimo o de despojarme de este.
Todos mis
recuerdos a los cuales no logro dar forma ya que todos son casi el mismo, se
centran en mis mañanas las cuales parecían atardeceres por la nostalgia que se
podría sentir, pues en cada uno de ellos me encontraba en un clima lluvioso y
extremadamente gris. Es raro el pensar que siendo un pequeño niño pudiera
sentir nostalgia, o lograse interpretar lo que aquel clima representaba para
muchas personas adultas.
El primer
corto recuerdo que tengo es en el que me encuentro en el salón de clase
realizando mis deberes, solo que con la mayor velocidad y precisión con la que
pudiera contar un niño, esto sino me daba por vencido en el intento de
completar la tarea dictada por la maestra. Esto lo hacía con la intención de
solo quedarme sentado y contemplar el clima por las ventanas. De esta manera es
que descubrí una de mis manías de las que más he disfrutado y de la que más me
he servido para mi beneficio. La observación silenciosa.
Sentado
siempre, no me levantaba aún si la maestra nos daba la autorización de hacerlo,
observando tal cual pintor observa a su musa para inspirarse, yo buscaba
inspiración para para pensar, analizar y comprender mi entorno. Logrando con
esto conocer y predecir el comportamiento de mis compañeros, fue la primera vez
que mire a mis iguales como sujetos de experimento, experimentos
correspondientes a índole de conducta social, claro está que en ese momento no
lograba concretar qué era lo que estaba haciendo más allá de cumplir y
satisfacer mi curiosidad creciente y latente.
Por el otro
lado mi interés no era solo por estudiar a mis compañeros, además de este nuevo
interés me llamo mucho la atención la naturaleza y debido a encontrarme por
primera vez con una clase de ciencias naturales mi mente no dejaba de formular
preguntas, las cuales nunca dirigí a mi profesor, pero si buscando las
respuestas a mi modo, el del observación. No lograba comprender en ese entonces
que así desarrollaba mi costumbre, mi manía, mi placer por la observación de mi
entorno, siempre que este me presente algo nuevo por descubrir o contemplar.
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